Fábrica Braço de Prata

No estoy seguro de que nuestro caso pueda venir a inspirar otros, afirma Nuno Nabias en la abertura de la entrevista y luego sigue, pero hay algunos pocos secretos que quizás sean relevantes. La Fábrica Braço de Prata, situada en el barrio de Marvila, zona portuária de Lisboa, empezó su funcionamiento en 2007 después de un largo rollo administrativo. El espacio de proporciones gigantescas estaba abandonado y Nuno logró permiso para funcionar ahí mientras lo arreglaba. La intención era expandir las actividades culturales que ya venía desarrollando en los últimos años a través de una librería que mantenía en el Bairro Alto. El alma de Braço de Prata es la misma de la librería, explica Nuno. Como profesor de filosofía, a parte un precioso acervo, organizaba una série de eventos que reunía ahí un grupo largo de estudiantes e interesados en cultura. Entre los secretos de la Fabrica están justamente éstos patrimonios iniciales: un público cautivo y muchos libros a compartir. Sobre todo en ésta era digital, los libros dan dignidad a un espacio, justifica Nuno. 

Los fanes de la librería y los recursos personales de Nuno fueron las estratégias para arreglar el espacio minimamente para poder abrirlo. A pesar de que la licencia para funcionamiento inicial no le permitía más que una fiesta de santo, el éxito de los eventos luego en los primeros años fue tal que en 2009 ya eran 26 asalariados sostenidos por la organización. Las actividades empiezan por la instalación de una librería y la oferta de conciertos, fiestas y venta de bebidas. Con su alto nivel de atracciones musicales, atmósfera intelectual, cerveza y comida a precio justo, pasó a atraer la población de Lisboa a un territorio olvidado de la ciudad. La sensibilidad para percibir las demandas y posibilidades del público, casada con un cuidado con los músicos y la diversificación de las actividades son los pilares de la sostenibilidad de la Fábrica hasta hoy. 

El cuidado con los músicos – otro secreto fundamental – se hace con el investimento en instrumentos de calidad. Con eso atraen grandes artistas que no caben en el bolsillo de los públicos de la Fábrica. De hecho, el bolsillo de las personas es un punto primordial pues, como siguen por más de 15 años sin autorización legal para operar, no pueden acceder a recursos externos. El público aquí no es, pues, el estado, sino la gente misma. La destreza en pautar las actividades a partir de los intereses y necesidades de la gente hizo con que la Fábrica se extendiera más allá de sus servicios iniciales. Actualmente, la oferta pasa por eventos de teatro, cine, arrendamiento de las salas para eventos privados y grabaciones, e incluso un parking de caravanas. Seguramente la pandemia no fue fácil para una organización que depende de la reunión de las personas para estar de pie, pero fatalmente logró sobrevivir sin gran pérdida para su equipo – que llega ahora a 16 personas. 

Hoy, a parte las frecuentes penalidades, el estado no ha conseguido cerrar la Fábrica y Nuno y su equipo siguen en la lucha. El compromiso con el público y con los artistas son los principales movilizadores, sobre todo para Nuno que, como profesor universitario, no saca de la organización su sustento. ¿Dónde se encuentra hoy un concierto de jazz de alto nível gratis en Lisboa?, cuestiona Nuno y se asegura de la responsabilidad del emprendimiento con la vida cultural de su ciudad. Qué pruebas se puede ofrecer al estado para que reconozca el valor de la Fábrica y por fin regularice su existencia es la pregunta que éste caso deja en abierto.

Para más información:

Documental:                           A Fábrica – Documentário           

Website: www.bracodeprata.com

Fábrica Braço de Prata